Cuando envié ese mensaje sin saber a donde me llevaría, me llevó a ciudad recuerdo dónde encontré a esta maravillosa persona, que dibujando es un crack pero escribiendo es aún mejor. Gran escritor y gran persona

1- ¿Escribir o dibujar?
Uy, empezamos fuerte (risas). Pues durante los primeros treinta años de mi vida dibujar. A día de hoy lo de escribir me lo tomo mucho más en serio, por contra, dibujar es solo a modo de desconexión. Es como una especie de meditación, he encontrado, en esa media hora dibujando a lápiz algún paisaje o momento cotidiano, una manera de conectar con el mundo y desconectar por unos minutos de lo malo que nos rodea. Si me das a elegir solo una, y sin dejar a un lado libreta y lápices, me quedo con la escritura.

2- ¿Cuál es el motivo que te hizo decantarte por la escritura?
La aceptación por parte de los lectores. En mi caso sentí mucho más agradecimiento personal al dar a leer mis historias que al mostrar mis dibujos. Un relato tiene una vida más larga para un lector medio que un dibujo, que goza de pocos segundos de vida ante los ojos de un amante de la pintura medio. Mucho tiempo empleado para pocos frutos. Quizá el motivo sea que se me da mejor escribir que dibujar de ahí que lo segundo haya quedado en mi vida como puro entretenimiento.
3- Tu última novela es “Te diré que estoy vivo”, ¿qué te inspiró a crearla?
El momento exacto fue en una visita a la tumba de mi abuelo, uno de mis lugares refugio durante algunos años. Allí, delante de la lápida pensé, ¿y si entrara dentro? Lo que ocurrió después, como si se tratara de un eslogan, lo tenéis en la novela. Creo en el poder del recuerdo y de mantener a las personas que merecen la pena vivas durante mucho tiempo a través de nuestra memoria. Recordarlas, hablar de ellas, inspirarnos en ellas, incorporarlas en nuestras vidas y pensar en ellas a diario.

4- ¿Es la muerte física el verdadero final de una vida?
No creo en espíritus, con lo que sí, la muerte física es el verdadero final que va a vivir uno como persona. Pero luego viene la otra parte, la otra vida que el muerto no va a poder disfrutar pero que sigue formando parte de su vida. Su despedida, su recuerdo y su manera de influir en las vidas de los que continuan vivos. Y dicho esto, ahora me haces dudar de si responder sí o no a la pregunta (risas). ¿Puedo cambiar la respuesta? Ok, entonces no, la muerte física no es el final de una vida.
5- ¿Cómo consigues plasmar ese realismo mágico en tu novela?
Escribir de una manera fantástica, integrándola en la realidad, no es más que un recurso para no escribir lo que etiquetaríamos como «no ficción». No puedo escribir sobre algo que haya ocurrido en realidad sin añadirle algún elemento que haga distorsionar esa historia. En primer lugar porque me aburre y en segundo lugar, y segundo significa primero, porque me da miedo. Soy un escritor cobarde y necesito camuflar mis ideas, pensamientos e historias reales, mezclando realidad y fantasía.
6- También has escrito “prosa poética” como “Buscando el lado frío de la almohada”, ¿por qué te decantaste por ese nombre?
Uno de los gestos que suelo hacer en las noches de insomnio para intentar conciliar el sueño es darle la vuelta a la almohada y buscar ese lado fresquito. Si consigo dormirme en el tiempo que tarda en calentarse de nuevo el lado frío, objetivo cumplido, de lo contrario hay que volver a girarla en busca de mejor suerte. El libro de textos cortos, digamos de prosa poética, transcurre de la medianoche al amanecer, cada texto tiene una hora nocturna como título…

7- ¿Por qué te decantaste por esta combinación de prosa y lírica para este libro?
Todos los textos fueron escritos de noche, en una libretilla y a la luz de una lámpara de mesita de noche. Algunas noches la inspiración me llevaba a escribir prosa y otras noches, con textos sencillos, me encaminaba hacia la lírica. Son letras con poca cabeza y mucho corazón.
8- ¿Ha tenido una buena acogida?
Teniendo en cuenta que es un tipo de publicación para un público muy reducido, te diré que quedé contento y que las críticas fueron muy positivas. Además, parte de esta buena aceptación es gracias a las ilustraciones de Javier Rubín Grassa, que ayudaron a hacer un libro precioso y con un lectura más atractiva. Hicimos un buen equipo de corazones rotos.
9- “Cosas que escribí mientras se enfriaba el café” es una oda a la creatividad literaria, ¿cómo se te ocurrió plasmar esta idea?
Más que una sola idea, se trata de muchas ideas recopiladas bajo una misma filosofía. Cuando tenía toda la recopilación de relatos ya terminada, solo faltaba darle un título. Entonces pensé en qué tenían aquellas historias en común. Historias con giros inesperados, con tintes poéticos, con toques de fantasía. Y en común tenían que todas se habían creado ante la atenta mirada de una taza de café…

10- ¿Has escrito muchas cosas mientras se enfriaba el café o te lo tomas y después escribes?
Mitad y mitad. Me explico. Empiezo a escribir. Pienso. Doy un sorbo. Sigo escribiendo. Doy otro sorbo. Y así hasta que me olvido de que había empezado a escribir con un café al lado del teclado. Pasado el tiempo y con la historia ya iniciada, o con suerte terminada, caigo en la cuenta de ese café y veo ese dedo de café frío que quedó olvidado y que dio título al libro.
11- ¿Dirías que el café es una fuente de inspiración para escribir obras?
Más que el propio café, el ritual de prepararlo con la finalidad de ponerse a escribir. Es como ese vaso de leche antes de ir a dormir, la antesala de que algo bueno va a ocurrir. Que cada cual busque la suya, aunque sin duda el café es una de la inspiraciones más demandadas.

12- ¿Tienes algún proyecto en mente para un futuro próximo?
Sí, y que nunca me falten proyectos en mente. Lo que ando un poco escaso es de tiempo para ejecutarlos, pero al final todo llega. Tengo iniciado un libro de relatos cortos, aunque quién sabe si se cruzará alguna otra idea por la cabeza que me haga cambiar de tercio.
13 – Publicas con Caprica ediciones, ¿llevas con ellos mucho tiempo?
Aunque los conozco desde años antes de publicar con ellos, es nuestro primer libro en el que formamos equipo.
14 – ¿Siempre has publicado con editorial?
No. Los dos anteriores fueron editados bajo un sello editorial propio. Vaya, lo que a algunos les gusta llamar «autopublicación». Pero este tema da para ochenta entrevistas, si quieres seguimos con ello otro día (risas). Recorrí un sinfín de librerías nacionales con mis libros bajo el brazo y, aunque con sus luces y sus sombras, tú y yo no estaríamos hablando ahora mismo de no haberlo hecho. Con lo que mereció la pena hacerlo.
15 – ¿Qué consejo le darías a alguien que esta comenzando a escribir?
Que no tenga expectativas al margen de disfrutar de ello. Mis peores momentos en mis inicios como escritor los pasé por ponerme metas altas que me impidieron vivir con alegría momentos que realmente lo merecían.
16- ¿Dónde pueden encontrarte mis lectores?
En mis redes sociales de Twitter e Instagram con el nick @pachon_isaac, en mi página de Facebook y en un bar de al lado de casa donde tomo habitualmente el café con leche en vaso de caña. Por allí voy bastante, por redes también.
17 -¿Dónde se pueden conseguir tus libros?
«Cosas que escribí mientras se me enfriaba el café» y «Buscando el lado frío de la almohada» a día de hoy ya es complicado encontrarlos en librerías, en Amazon los siguen imprimiendo bajo pedido. La nueva novela «Te diré que estoy vivo» se puede adquirir en cualquier librería, tiene buena distribución con lo que si no lo encuentran pueden pedirlo a su librero. También en Amazon, tanto en físico como en digital. Y si me envian una foto del libro etiquetándome en redes les haré llegar una postal dedicada.

Yo ya tengo la mía, ¿Vosotros a que esperáis? Jaja.
Bueno quería darte las gracias Isaac, porque en realidad tu libro «Te diré que estoy vivo» hizo recordar momentos que tenia olvidados. Te deseó muchísima suerte en tus futuros proyectos y que cuentes conmigo eh! Jajaja un beso Isaac.